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venerdì 5 agosto 2011

Aldo Moro (personaje)

Aldo Moro (pronunciación en italiano) (Maglie, provincia de Lecce, 23 de septiembre de 1916 - Roma, 9 de mayo de 1978) Profesor universitario de derecho penal, fue en dos ocasiones primer ministro de Italia. Uno de los que más tiempo había permanecido en el cargo desde el final de la Segunda Guerra Mundial, durante un total de 6 años.
Fue uno de los más importantes líderes de la Democracia Cristiana Italiana. Moro era considerado un intelectual y un paciente y hábil negociador, dotes que demostró en numerosas ocasiones para lidiar con conflictos internos en su partido. Fue secuestrado y asesinado por militantes de las Brigadas Rojas.
El 16 de marzo de 1978, miembros de las Brigadas Rojas, encabezados por Mario Moretti secuestraron a Moro (después de asesinar a sus 5 escoltas) en via Fani (Roma) cuando iba de camino a una sesión del congreso italiano en la que se iba a informar y a votar una moción de confianza de esta cámara sobre el nuevo gobierno encabezado por Giulio Andreotti, por primera vez con el apoyo del Partido Comunista Italiano.
En este lapso que duró su cautiverio Moro escribió bastantes cartas a los principales líderes de la Democracia Cristiana y al Papa Pablo VI (quien después celebraría su funeral). En estas cartas Moro abogaba por que el objetivo fundamental del Estado debía ser salvar vidas humanas, razón por la cual el gobierno debería acceder a las demandas de las Brigadas Rojas. La mayoría de los líderes cristianodemócratas argumentaron que estas cartas no mostraban más que la voluntad secuestrada de Moro, y rechazaron iniciar cualquier negociación, a pesar de las peticiones de la familia de Aldo Moro. En sus peticiones a los terroristas, el Papa Pablo VI les pidió que liberasen incondicionalmente a Moro.
El cuerpo de este político italiano fue abandonado por los terroristas en el maletero de un coche en la Via Caetani, un lugar entre las oficinas de la Democracia Cristiana y el Partido Comunista Italiano, como un reto cargado de simbolismo hacia la clase política y hacia la misma policía, que había mantenido a la nación entera y a Roma en particular bajo una estricta vigilancia.
Algunos investigadores sugieren que el asesinato de Moro podría haber sido orquestado por la masonería italiana, en concreto por la logia P2, y también que las Brigadas Rojas estaban profundamente infiltradas por elementos de la CIA estadounidense.