No las vi, si las hubo,señales que me advirtieranque el amor tuyo no erapara mí.
Por eso andando seguíllamado por tu miradaque el corazón me encendía,y cuando llegar creíal anillo de tus brazos,rompiste todos los lazosy en el olvido caí.
Morir puede ser, a veces,el instante en que sabemosque nunca más volveremosa encontrarlos ojos que nos amaron,las voces que nos nombraronal pasar.
Después se sigue viviendo,si es que se puede llamarvivir, a dejarse ir,no importa cómo ni cuándo,simplemente desandandorecuerdos hasta partir.
Caminar, para encontrarte,fue tan sólo caminar.
Pero el regreso —dejarte—fue comenzar a arrastrarel paso cual bestia heridaque no entiende que la vidase le está yendo al andar.
mercoledì 13 luglio 2011
Coplas del amor triste (poema)
Soneto en vano (poema)
¿A dónde iré que no me alcance el vuelode tu mirada que en azor se muda,y la noche de sueños me desnudacon el brillo quemante del desvelo?
¿En qué sitio del aire, el mar, el cielo,encontrará mi corazón ayuda,la clara mano que mi mal acuday en dulcedumbre me convierta el duelo?
La frente pensativa me rodeasde lejanas memorias. Me recreaslos rostros del amor enceguecido.
Y es inútil que huya de tu acechosi te oigo vivir dentro del pechocon la vida sin muerte del olvido.
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Meira Delmar
Pasa el viento (poema)
y sin embargo se tomó mi vida,me queda esta nostalgia repetidasin fin, cuando sollozo y cuando río.
A veces, desde el fondo del estío,llega la misma música entreoídaen el tiempo gozoso, la encendidamúsica que cayera en el vacío.
Y quiere asirla el corazón. Beberlacomo un vaso de vino. Retenerlapara creer de nuevo en la dulzura.
Pero se escapa y huye con el viento,y me deja tan sólo este lamento,donde esconde su rostro la amargura.
Otra Presencia (poema)
No importa que te hayas
marchado,
que la puerta
no se abra más
para esperar tus pasos,
ni importa que en las manos
que me encuentran
no me rocen las tuyas.
Andas conmigo,
vas, vienes a mi lado,
y miras con mis ojos
derramarse en el mar
el ocaso.
Oyes el viento en la noche
cuando pasa estremeciendo
las ventanas,
y me sigues constante
por la oscura comarca
del insomnio.
Revestida de ausencia
tu perdida presencia
me acompaña.
Reminiscencia (poema)
Un breve instante se cruzaron
tu mirada y la mía.
Y supe de repente
Y supe de repente
—no sé si tú también—
que en un tiempo
sin años ni relojes,
otro tiempo,
tus ojos y mis ojos
se habían encontrado,
y esto de ahora
no era más que un eco,
la ola que regresa,
atravesando mares,
hasta la antigua orilla.
Alguien Pasa (poema)
por los jazmines, madre.
Y yo guardo silencio.
Las palabras no acudenen mi ayuda, se escondenen el fondo del pecho,por no subir vestidasde luto hasta mi boca,y derramarse luegoen un río de lágrimas.
No sé si tú recuerdaslos días aún tempranosen que ibas como un ángelpor el jardín, y dabasa los lirios y rosassu regalo de agua,y las hojas marchitasrecogías en esatu manera tan suavede tratar a las plantasy a los que se acercabana tu amistad perfecta.
Yo sí recuerdo, madre,tu oficio de ser tiernay fina como el aire.
Una tarde un poetarecibió de tus manosun jazmín que cortastepara él. Con asombrote miró largamentey se llevó a los labios,reverente, la flor.
Se me quedó en la frenteaquel momento, digola frente cuando debodecir el corazón.
Y se me va llenandode nostalgia la vida,como un vaso colmadode un lento vino pálido,si alguien pasa y preguntapor los jazmines, madre.
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